II SALÓN DE ARTE DE CANDELARIA.

UNA MIRADA AL SUR

 

Si consideramos la dificultad que atraviesa la obra de arte en la contemporaneidad, y lo que implica enfrentarse a la creación en territorios en condiciones desfavorables, podemos entender porqué los artistas del sur del Atlántico reclaman un espacio digno para hacerse visibles junto con sus obras, un espacio para la reivindicación de la creación con su creador. En este transitar, la ruta se convierte en un desafío de supervivencia artística donde la meta no es más que un panorama incierto, inconsciente del poder transformador del arte en la sociedad.

 

Los municipios ubicados al sur del departamento del Atlántico son ejemplos de la falta de compromiso hacia las artes plásticas visuales:  lugar donde se desvía la mirada para ver otras realidades que se distancian de la vida llena de precariedad que llevan los artistas y sus familias. De esta forma, se presenta una dicotomía entre la imaginación llena de fuerza y color con una cruda realidad que amenaza con extinguir cualquier tipo de intento de superación en el ámbito artístico, donde las horas de trabajo del artista en su taller se acortan para darle paso al rebusque del sustento diario de su familia, dejando a un lado todo el arduo trabajo de practicar una técnica para alcanzar su excelencia.

 

Estas problemáticas que afectan a los artistas y su economía van de la mano de años de desconocimiento de la comunidad sobre el arte y sus dinámicas, reduciendo a los artistas a simples sujetos capaces de replicar fielmente una imagen con fines comerciales desligándolos de las motivaciones investigativas y creativas de cada uno, atentando contra con su integridad al cohibir de manera sutil el impulso libre de creación. Los jóvenes artistas se ven obligados a cargar con el estigma de la comunidad que presenta el arte como un “don divino” que excluye a los artistas de un reconocimiento económico, legítimo y digno de su profesión, al mismo tiempo que los presenta como las caras talentosas de la comunidad sin ninguna retribución a ellos, tratándolos como simples nombres consignados en planillas para el “desarrollo cultural” que juega con las ilusiones de los artistas que creen en el arte como salida.   

 

Todos estos paradigmas se convierten en una cultura sectorizada que beneficia a unos pocos y aumenta la brecha de desigualdad en la creación artística visual. Los artistas hacen un llamado a fijar la mirada al sur y a los procesos creativos que se adelantan en el anonimato, donde nacen y son condenados a morir en agonía. La indiferencia hacia los artistas y sus trabajos ha creado en ellos inseguridades en su potencial creativo haciendo que renuncien a la posibilidad de sumarse a nuevos retos en el amplio mundo del arte. Estas dificultades llevan a plantear un interrogante: ¿cuándo puede haber un crecimiento artístico significativo en una comunidad cuyos artistas deben salir de su lugar de origen por falta de oportunidades?

 

Gustavo González Barraza.

ARTISTAS

 

Abel Pacheco Pertúz

Abraham Mercado Pacheco

Albeiro Valencia Rojano

Daniel Guerrero Niño

Diego Rodríguez Luna

Kevin Sarabia Arrieta

Guid Guerrero Niño

Inés Vásquez Cervantes

Jesús Silvera Morales

Jina Martinez Villa

Jorge Pacheco Guerrero

María Rangel Méndez

Rubis Ruiz Romero

Santiago Pacheco Hernández

Yosimar Sarmiento Guette.

Yoisy Rizzo Barriosnuevo

El II Salón de Arte de Candelaria.

 

Una Mirada al Sur se presenta como una puerta abierta a los municipios del sur del Atlántico (Campo de la Cruz, Manatí, Repelón, Santa Lucia, Suan y Candelaria), en Colombia. Este espacio reúne a artistas emergentes, empíricos y profesionales, sin que la trayectoria sea un requisito excluyente, pues su esencia radica en la inclusión y en la valoración del trabajo creativo de cada participante.

 

El Salón reconoce el esfuerzo y la dedicación de los artistas, cuyas obras se convierten en referentes para el arte en esta región del departamento. Al mismo tiempo, ofrece una garantía para quienes desean construir su propio camino desde su identidad y su territorio, exaltando la riqueza cultural de una tierra aún por explorar. De esta manera, el evento conecta la producción artística del sur del Atlántico con el vasto mundo del arte, consolidándose como un espacio que fortalece la identidad, la diversidad y el reconocimiento de los artistas de la región.

 

Fundación

El Mundo a Lápiz y Papel

 

La fundación es una entidad sin ánimo de lucro dedicada a orientar procesos artísticos contemporáneos con niños, jóvenes y adultos. Su propósito es fortalecer la investigación-creación en las artes plásticas y visuales, aportando diversas perspectivas sobre el mundo del arte. El Mundo a Lápiz y Papel nació en 2018 como un espacio independiente, y es hasta el año 2022 que se constituyó como fundación con el fin de continuar despertando el interés por el arte en la comunidad. Su propuesta busca reactivar la exploración, la creatividad y la sensibilidad artística.

 

Actualmente, la Fundación cuenta con un público en constante crecimiento, interesado en participar en procesos creativos que asumen un carácter experimental y dinámico. Esta apuesta fomenta la participación activa de los jóvenes en eventos culturales tanto a nivel nacional como internacional.

 

Abel Pacheco Pertúz

La casa de la niña Rosa

Pintura, óleo sobre sobre lienzo

100 cm × 69 cm

2000

$4.000.000. COP

Abraham Mercado Pacheco

Expresiones del Son de Negro

Pintura, acrílico sobre lienzo

130 cm x 83 cm

2024

$2.000.000. COP

Albeiro Valencia Rojano

Tempestad

Pintura, óleo sobre lienzo

87 cm x 58 cm

2025.

$2.000.000. COP

María Rangel Méndez

Camino al sur

Dibujo digital impreso

35 x 1,75 cm

2019 – 2024.

ARTISTA INVITADA

MARÍA RANGEL Méndez

 

Joven agricultora. Maestra en Artes Plásticas. Tallerista. Curiosa de la medicina en plantas.

Su trabajo se desarrolla en el cruce de su labor como joven agricultora y como artista, una relación que se configura desde heredar los saberes de su padre agricultor, los saberes de la medicina de tradición y al observar de manera sensible y creativa su cotidianidad. Durante su proceso, ha adelantado acciones de recolección e intercambio de semillas criollas y libres, un gesto que se traduce en la construcción de un banco de semillas que resguarda memorias, vida e identidad para pensar lo comunitario a partir de la ocupación de la tierra, una intención que se ha desplegado a gestos sensibles y colaborativos como lo son la propagación de las especies vegetales, la transmisión del saber de la medicina en plantas y el estudio de otras materialidades a través del mundo vegetal.

 

Daniel Guerrero Niño

Desplazamiento

Pintura, acrílico sobre madera

23 cm x 19.7 cm

2025.

$400.000. COP

Diego Rodríguez Luna

Soy Palenque

Pintura, óleo sobre lienzo

60 x 80 cm. 2025

$750.000. COP

Guid Guerrero Niño

Pesca milagrosa

Pintura, acrílico sobre lienzo

130 cm x 90 cm

2021.

$1.850.000 COP

Inés Vásquez Cervantes

Primavera

Pintura, acrílico sobre lienzo

54 cm x 90 cm

2024.

$600.000. COP

Jesús Silvera Morales

Corte profundo

Pintura, acrílico y esmalte sobre machetes

50 x 80 cm

2025

$3,000.000. COP

Jina Martinez Villa

Pescando nuestras raíces

Escultura en madera naufraga, tallada a mano, acabado con técnicas naturales

59 cm x 88 cm x 16 cm

2025

$2.000.000. COP

Jorge Pacheco Guerrero

Costumbre

Pintura, óleo sobre lienzo y madera

102 cm x 72 cm

2024

$2.500.000. COP

Kevin Sarabia Arrieta

Una vista de esperanza

Pintura, óleo sobre con alto relieve sobre tela

80 cm x70 cm

2025

$ 1.200.000. COP.

Rubis Ruiz Romero

Nuestras Raíces

Escultura, papel maché

22 cm x29 x 22 cm

2025

$1,500.000. COP

Santiago Pacheco Hernández

La triste felicidad

Pintura, óleo sobre lienzo

60 x 80 cm

2025

$800.000. COP

Yoisy Rizzo Barriosnuevo

Inocencia ancestral

Pintura, óleo sobre tela

1.10 cm. x 1.09 cm

2024

Yosimar Sarmiento Guette

Melodía de un sentimiento

Pintura, acrílico sobre lienzo

100 cm × 69 cm

2025.

$1.000.000. COP